La guerra que actualmente se vive
es despiadada y se ha generalizado en todo el planeta tierra –globalización– y no
sólo mata físicamente, sino que mata lo más importante que tenemos –mata el
alma, la alegría, los sueños–, deja a las
personas en un estado de profundo vacío y
soledad que lleva a la desesperación.
En la sociedad actual hay una
plaga que penetra en las mentes de los seres humanos como un virus, esta se
podría llamar “la guerra de IDEOOLOGÍAS”, dónde el relativismo hace de las
personas títeres que creen tener su propio concepto cuando en realidad sólo repiten
lo que los medios les dicen en mensajes subliminales, dónde el camino recto o
el torcido es lo mismo y lo bueno o lo malo es totalmente relativo con el pretexto:
“es mi punto de vista”, “respeten” ¿respeten? Las cosas ya no se llaman por su
nombre se les ha dado un sentido abstracto dónde cada cual elige como
llamarlas. En aras del respeto las personas se atropellan unas a otras insultándose,
creándose una cultura de lo indefinido, de lo acomodado.
Es una verdadera plaga la que
azota nuestro planeta poblado de seres que creen que su pensamiento es de ellos
mismos sin darse cuenta que nos bombardean a cada instante con la información
que seleccionan para convertirnos en robots de carne y hueso, dejando en
nuestras mentes ideas que calan hondo en nuestro ser y se convierten en parte
de nuestra vida cotidiana.
La ideología de género, dónde en
favor del alto a la violencia y la intolerancia, destruyen ciudades y violentan
a las personas cuando no están de acuerdo con ellos… ¿Quiénes son los intolerantes?,
dónde un bebé al cual hace algunos años atrás se le esperaba con tanto amor y
dedicación ahora ¡no se sabe desde cuando es humano!
Estamos viviendo tiempos en los
que una ola cultural, filosófica y cuasi religiosa llamada nueva era ha
calado tan hondo en los corazones de las personas, que dicen que estamos
viviendo en un nuevo tiempo donde la energía es la que rige nuestras vidas y
nos convertimos en una especie de Dios donde cada quien forma su propia verdad,
no existe la religión porque todas dicen lo mismo y tenemos muchas
oportunidades de reivindicarnos de los errores cometidos en vida ¿porque nos
reencarnamos en muchas vidas hasta llegar a nuestra perfección? Muchos caen en
esta ola y se ahogan.
Y ni que se diga del hedonismo,
en el que “si eres feliz… hazlo” ¿dónde quedó la conciencia de la justicia, la
honradez, de lo correcto? En aras de esta ideología, muchas familias han sido
destruidas por que uno de los cónyuges dejó ¿de amar? al congénere con el que
prometió quedarse hasta el fin de sus días no importando pobreza o enfermedad,
etc. O dónde el egoísmo o individualismo destruye las almas y las lleva a la
soledad y al vacío.
¿Y la cultura del consumismo? en
la que se descarta las personas como si fueran objetos. Cuando se habla de
eutanasia y no se permite hablar del tema por su nombre “Suicidio asistido”,
qué más da tenemos el poder de decidir quién se queda o a quien se le despacha
a la otra vida, ¿porque somos modernos? Sería interminable mencionar lo que ha
provocado esta cultura del descarte, desde nuestra casa común que es nuestro
planeta que lo estamos destruyendo hasta cada parte de vida que desechamos y dónde
sólo prima lo material.
Recuerdo las películas de ciencia
ficción que veía de niña y adolescente –esas que hicieran que escoja la carrera
profesional que hoy tengo–, no se acercaba en lo más mínimo a lo que veo ahora.
Eran carros voladores, conversaciones que acortaban distancias en pantallas de
tv. Tablas que cambiaron sus ruedas por propulsores que las hacían volar, pero
dónde las personas sabían a ciencia cierta lo que era bueno y lo que no.
Después las películas de ciencia
ficción apuntaban a que las personas eran convertidas en esclavos de sus gobiernos
que les implantaban nano chips en sus cerebros y que permitía a los poderosos
gobernar sus mentes, sus pensamientos, sus ideales, convirtiéndolos de manera
muy sutil en robots de carne y hueso.
¿Nano chips?, que ironía los nano
chips implantados no son más que ideas sembradas en los seres humanos a través
de los medios de comunicación, el internet con su bombardeo de información, etc.
son incursiones sin permiso en nuestras mentes en las que nos envían mensajes
subliminales de que tenemos que comprar, como tenemos que vestir, que tenemos
que comer o en su defecto como tenemos que pensar. Estamos siendo editados en
serie al más puro estilo de un texto en Word con su diccionario de corrección,
o un texto editado en las redes sociales porque me equivoqué.
¿Es en serio o es en serie? ¿Que
si las máquinas iban a conquistar el mundo? –como se
fantaseaba en la películas de ciencia ficción– demasiado para ser vedad, los
seres humanos transformados en máquinas de desecho con nuestros pensamientos en
serie implantados sin nuestro consentimiento es lo que ha sustituido a las
máquinas.
¿Hay esperanza? Claro que hay
esperanza, mientras haya vida hay esperanza. Elegir lo correcto, los valores, no
dejarse influenciar. Escoger que ver y que no, que leer, si me doy cuenta que
me está confundiendo dejarlo de lado. Por nosotros por nuestros hijos y las
nuevas generaciones.